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‘Everybody’s Got Something To Hide Except Me And My Monkey’: La historia detrás de esta canción

Una canción donde los Beatles suenan como una banda de rock visceral, ‘Everybody’s Got Something To Hide Except Me And My Monkey’ es una de sus interpretaciones más enérgicas de 1968.

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The Beatles Everybody's Got Something To Hide
Portada: Cortesía de Apple

George Harrison recordaría más tarde cómo las frases “vamos, es una alegría” y “todo el mundo tiene algo que ocultar” eran de las favoritas del Maharishi, su gurú en Rishikesh, quien plantó así las semillas de “Everybody’s Got Something To Hide Except Me And My Monkey” de  John Lennon. También de ahí surgió la temática sobre el mono que se menciona en la canción.

El significado de la canción

Quién o qué era el mono ha sido objeto de mucho debate desde entonces. Para John, la respuesta fue simple: “Esa fue solo una frase agradable que convertí en una canción. Se trataba de Yoko y yo. Todo el mundo parecía paranoico excepto nosotros dos, que estábamos en el resplandor del amor. Todo es claro y abierto cuando estás enamorado. Todo el mundo estaba un poco tenso a nuestro alrededor, ¿Sabes? ‘¿Qué está haciendo ella aquí en la sesión? ¿Por qué está con él? Todo este tipo de locura estaba sucediendo a nuestro alrededor porque simplemente queríamos estar juntos todo el tiempo”.

Este fue el recuerdo de John sobre la canción más de una década después de escribirla. Sin embargo, eso no resuelve todos los problemas que existen con la cronología de la composición, ya que hay menciones de que la pieza fue escrita en Rishikesh mientras él todavía estaba con su primera esposa, Cynthia. A pesar de seguir emparejado con ella, John y Yoko ya estaban en la mente uno del otro, como fue revelado al poco tiempo. John volvería a esta explicación en la última entrevista que concedió, al DJ de San Francisco Dave Sholin en su apartamento de Nueva York, el 8 de diciembre de 1980: “Como dije en mi última encarnación, ‘Todo el mundo tiene algo que ocultar excepto yo y mi mono. Significa realmente que uno no puede ser absolutamente uno mismo en público, porque el hecho de estar en público te hace… tienes que tener algún tipo de defensa, o lo que sea”.

La grabación de la canción

Cuando los Beatles llegaron a grabar la canción, el 26 de junio de 1968, el matrimonio de John con Cynthia casi había terminado y Yoko Ono se había instalado firmemente junto a John en el estudio, al igual que en cualquier otra parte de su vida juntos (Una semana antes de que se grabara la pista principal, a fines de junio de 1968, John y Yoko habían hecho su primera aparición pública juntos, en la inauguración de la dramatización del libro de John en el Teatro Nacional, In His Own Write).

A estas alturas, los ensayos de los Beatles se trataban como grabaciones y todo quedaba registrado. Esto les permitió escuchar cómo evolucionaba la canción a medida que trabajaban en ella. Si bien esto hacía que el tiempo dedicado a la canción aumentara, el retorno bien valió la inversión ya que permitió al grupo entender plenamente la visión colectiva que tenían. Esto rara vez se ilustra mejor que en “Everybody’s Got Something To Hide Except Me And My Monkey”.

Ese primer demo muestra que, a fines de mayo de 1968, los riffs distintivos aún no formaban parte de la canción. Sin embargo, en el transcurso del 26 y 27 de junio, la pieza comenzó a convertirse en un tema rockero con riffs pesados ​​e influenciado por el blues que marcó parte del regreso de los Beatles a ser una banda de rock and rol. Al reseñar “El Álbum Blanco” para Rolling Stone, Jann Wenner señaló: “Todos los elementos antiguos de los Beatles se recuperan, se actualizan… También usan esos viejos tonos armónicos de los Beatles”. Esta fue una grabación que sonaba como a los Beatles, pero también sonaba nueva y emocionante, un truco realizado con mucho cuidado para poder lograr tal efecto.

Además de las guitarras eléctricas afiladas y saturadas de John y George, la batería fuertemente comprimida de Ringo y una línea de bajo exuberante de Paul, la canción (y presumiblemente la sesión de grabación) fue complementada con una sensación adicional de intensidad apremiante gracias a la frenética sacudida que Paul hace a una campanilla en todo momento (sus expresiones y gritos en el fondo solo suman a este proceso). Las voces superpuestas de John son un verdadero tour de force, lo que lleva la canción a sus límites absolutos y muestra su talento como uno de los mejores cantantes de rock and roll de todos los tiempos.

Después de pasar un par de días trabajando juntos en la canción, la interpretación de los Beatles en el álbum terminado es sin duda una de las más sólidas, contundentes, pesadas y rockeras que jamás hayan grabado. Ciertamente se ubica junto a “Helter Skelter” y “Hey Bulldog” entre sus interpretaciones más energéticas de 1968. El resultado de unas decenas de horas de grabación: dos minutos y 25 segundos de pura y desenfrenada potencia Beatle.

Ya está disponible la edición superdeluxe del “Álbum Blanco” de los Beatles.

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