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Las mejores canciones de Def Leppard: 20 temas que definen su carrera

Un vistazo a la versatilidad de Def Leppard, la banda de hard rock más popular de Inglaterra.

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Def Leppard
Foto: Michael Montfort/Michael Ochs Archives/Getty Images

Si solo has escuchado una o dos canciones de la carrera discográfica de Def Leppard, probablemente no sepas cuán versátil es la banda de hard rock más popular de Inglaterra. Desde que surgieron en Sheffield en 1977, Def Leppard ha combinado rock y otras influencias en un catálogo ecléctico que ha ayudado a sentar las bases de varios movimientos musicales. Esta habilidad camaleónica para mutar cuando es necesario les permitió prosperar en esas escenas en las cuales se sumergieron (New Wave of British Heavy Metal, glam, country) y sobrevivir a aquellas que no complementaban su característico cabello largo y sus trajes de spandex (punk, grunge, EDM, hip hop).

El catálogo de Def Leppard se puede dividir en cuatro categorías: las canciones más metaleras que fueron aclamadas por la prensa de rock durante el movimiento NWOBHM; los mega-éxitos bien pulidos que comenzaron con “Bringin’ on the Heartbreak” y crecieron con los sencillos que impulsaron tanto a Pyromania como a su continuación, Hysteria, a estatus de disco de Diamante (10 millones de ventas); las canciones más profundas de sus álbumes de los 90s en los que demostraron la inclinación de Def Leppard por la experimentación y los esfuerzos por cambiar su sonido para ser aceptados por fans que ya no apreciaban el glam metal. Y canciones de otras bandas que Def Leppard interpretó y en las que hizo duetos, exhibiendo tanto sus amplios gustos musicales como su afinidad por una buena melodía.

Los primeros años del estilo metalero

Ride Into The Sun

A fines de 1978, poco después de que Joe Elliott de Def Leppard cumpliera 19 años, el vocalista pidió prestado un poco más de $200 a su padre y la banda entró al Fairview Studio en Hull, Inglaterra, para grabar tres canciones para The Def Leppard EP. La canción de apertura, “Ride Into the Sun”, la única canción del EP que no se rehizo para su debut de 1980, On Through the Night, es una introducción de casi tres minutos de duración a estos temas rockeros cargados de testosterona. Además de cubrir todos fundamentos del rock pesado, se estremece con autenticidad y exuberancia juvenil. Hay voces solistas llenas de actitud, dobles sentidos sobre motos rápidas/chicas rápidas y una guitarra solista deslumbrante. Tan sencilla como las producciones de los primeros KISS, la canción está impulsada por un riff de guitarra repetitivo y propulsor que luego cambia brevemente de marcha para el puente y el coro. Para sazonar aún más la mezcla, Def Leppard insertó un estruendoso cencerro y un efecto de guitarra con flanger en la introducción, que reemplazaron con piano cuando rehicieron la canción para Retro Active de 1993. Ambicioso desde el principio, Elliott promocionó con éxito el EP al saltar sobre el escenario en la Universidad de Sheffield durante una sesión del legendario locutor del Reino Unido, John Peel, a quien le entregó la grabación. Peel apreció el descaro de Elliott y puso el EP en su programa de radio de la BBC. La primera edición del EP se agotó en el verano de 1989 y poco después, Def Leppard firmó con un sello importante.

Rock Brigade

Para su álbum debut, On Through the Night, Def Leppard unió fuerzas con el productor Thom Allom (Black Sabbath, Judas Priest) y lanzaron un lote de canciones ruidosas y de alta energía que llevaban el tipo de potentes coros y altísimas voces de fondo que se convertirían en la marca registrada de la banda. El álbum abría con “Rock Brigade”, un tema hiperactivo que se basó tanto en Judas Priest como en Queen. Junto con otros temas como “Wasted” y “When the Walls Come Tumbling Down”, el álbum fue anunciado como una muestra del lado más melódico del movimiento NWOBHM. Los fans relacionaban tanto a Leppard con la escena británica que algunos se disgustaron cuando la banda lanzó el sencillo “Hello America”, que hablaba con entusiasmo sobre un país al que aún no habían visitado.

Wasted

La juventud, la exuberancia y el camino hacia la fama expusieron a Def Leppard al tipo de excesos e indulgencias con los que los miembros de la banda solo habían soñado antes. Si bien Def Leppard nunca dejó que sus actividades extracurriculares afectaran sus composiciones o actuaciones (al menos al principio), cuando estaban fuera del escenario se deleitaban con la decadencia y el libertinaje de la época. En retrospectiva, la canción “Wasted” de On Through the Night puede considerarse como una advertencia: Coescrita por el guitarrista Steve Clark, quien murió por intoxicación alcohólica en 1991, la canción aborda cómo la bebida y las drogas pueden ser una muleta para ocultar el desamor: “Bueno, he estado despierto toda la noche solo pensando en ti/Pero una botella de whisky yace pesada obstruyendo mi vista/Tengo un frasco de pastillas para emocionarme/Y sé que estoy llevando una vida que mata”.

Let It Go

On Through the Night se componía en gran parte de pistas y canciones publicadas anteriormente que ya estaban escritas cuando Def Leppard consiguió su primer contrato discográfico. Para su segundo álbum de larga duración, High ‘n’ Dry de 1981, Def Leppard compuso diez canciones nuevas que reflejaban la evolución de una banda que pasaba casi todas las noches junta en el escenario. Con la ayuda del productor Robert John “Mutt” Lange, el álbum fue un puente de hard rock entre las raíces NWOBHM de la banda y el metal pop pulido que más tarde crearían con Lange en los años siguientes. “Let It Go”, la canción que abre el álbum y primer sencillo de High ‘n’ Dry, comienza con un gancho principal de guitarra de blues que se repite varias veces antes de que las otras guitarras de la banda resuenen y en conjunto pasen a un segundo plano, para darle el reflector por un momento a la voz bluesera de Elliott, la cual sirve de preludio al regreso potente del y las melodías metaleras.

High ‘n’ Dry (Saturday Night)

Además de estar fuertemente influenciado por bandas británicas de proto-metal como UFO y los primeros Judas Priest, Def Leppard pasó mucho tiempo escuchando (y emulando) a AC/DC. “High ‘n’ Dry (Saturday Night)” es un tema rockero de fiesta con un rebajado que se alimenta de una combinación de ráfagas cortas y agudas de guitarra y estribillos poderosos con toques de blues. Incluso el solo de guitarra principal podría haber sido una toma descartada del Highway to Hell de AC/DC. Este sonido funcionó muy bien para la banda, por lo que un año después aprovecharon la misma fórmula para “¡Rock! ¡Rock! (Till You Drop)”, la canción que abre Pyromania.

Los éxitos

Bringin’ on the Heartbreak

“Bringin’ on the Heartbreak” fue el puente entre el sonido atrevido y bluesero de antaño y los tonos de rock futurista hiper-pulidos que definieron el futuro de la banda. El arquitecto de la canción (y del sonido) fue el productor Mutt Lange. “Bringin’ on the Heartbreak”, una poderosa balada melancólica llena de arpegios y riffs atmosféricos que apoyaban las voces y le brindaban una melodía complementaria, era una dicotomía de sonidos fuerte y suaves, con un arreglo que enfatizaba la melancolía y la ira que surgen de una relación rota. La canción fue el último éxito del álbum en el que participó el guitarrista y co-guionista Pete Willis. Este fue reemplazado por Phil Collen, quien apareció en el video de la canción, a su vez, la primera exposición de Def Leppard a MTV. En 2002, Mariah Carey hizo una versión de “Bringin’ on the Heartbreak”, quien dijo que solía escucharla cuando era niña.

Photograph

“Photograph”, el primer sencillo de Pyromania, el exitoso álbum de Def Leppard, se disparó al primer puesto de la lista Top Tracks de Billboard y permaneció allí durante seis semanas. Para quienes se encontraban con la banda por primera vez, resultó ser una introducción estelar a su trabajo, un microcosmos de hard rock nítido, prístino e infinitamente pegajoso que convirtió a Def Leppard en superestrellas de los escenarios. Si bien la canción es sencilla y directa, la producción de Lange es enorme. Como en todas las canciones del álbum, cada instrumento es perfectamente perceptible a través de las múltiples capas de sonido que combinan texturas deslizantes con ritmos de rock duro (Lange era tan devoto de sus técnicas perfeccionistas que era conocido por grabar acordes de guitarra nota a nota).

Rock of Ages

“Rock of Ages”, de Def Leppard, una canción inolvidable comparable a “Rock and Roll All Night” de Kiss y “Walk This Way” de Aerosmith, es a la vez una tonta declaración de intenciones (“¿Qué quieres?/Quiero rock y roll/Sí quiero!”) y un juguetón tributo al engreído “cock rock”. La maestría musical es impecable, los arreglos perfectos y, al mismo tiempo, está claro que la banda no se toma a sí misma demasiado en serio. Joe Elliott puede pavonearse como Jagger (de los Rolling Stones), pero hace una parodia a sí mismo cuando afirma: “¡Tengo algo que decir!” y luego no dice nada original, citando una línea de Neil Young usada en exceso: “Es mejor quemarse que desvanecerse”.

Pour Some Sugar On Me

El sencillo más popular y festivo de Hysteria, “Pour Some Sugar On Me”, no fue una canción fácil de grabar. Al no poder conseguir a Mutt Lange, Def Leppard comenzó a trabajar en el álbum con Jim Steinman. Sin embargo, finalmente abortaron esas sesiones. Ante esta situación, el grupo trató de producir el álbum por su cuenta, con resultados dispares. Entonces, se dieron de bruces contra un muro. El baterista Rick Allen sufrió un accidente automovilístico casi fatal a fines de 1984 a partir del cual tuvieron que amputarle un brazo, lo que retrasó el progreso del álbum durante más de un año. Cuando Allen se recuperó y la banda finalmente regresó al estudio en 1986, Lange estaba de regreso. Esto ayudó a Def Leppard a volver a su forma de trabajo habitual, recuperar la compostura y trabajar exhaustivamente para crear su segundo álbum multi-platino consecutivo. Como la mayor parte de Hysteria, “Pour Some Sugar on Me” está impulsada por la gigantesca producción pop de Lange. Las guitarras suenan enormes, al igual que el eco de la batería de Allen, todo adornado con sampleos. En esta canción Elliott crea un escándalo tanto con su voz como en sus letras: “I’m hot, sticky sweet/From my head to my feet” (“Estoy caliente, pegajosamente dulce/De la cabeza a los pies”). Fusionando la fanfarronería del hip-hop con las líneas superficiales que se entretejen a lo largo de la canción, “Pour Some Sugar On Me” está construida sobre una base de rock llena de un caramelo que atrajo a las masas como abejas al polen.

Love Bites

El segundo sencillo de Hysteria en alcanzar el número uno en la lista Hot 100 de Billboard, “Love Bites” le bajó al estruendo en favor de hacer una conexión más directa al corazón, con pre-coros sentimentales, unos deliciosos estribillos y otras joyas auditivas que dejaron a los oyentes cantando y balanceando suavemente sus cabezas. Este tema de velocidad rebajada ejemplifica la fuerte dependencia de la banda y de Lange con la tecnología más moderna para crear las contagiosas melodías de Hysteria (incluidos los siete sencillos). Esto fue en parte una casualidad ya que, tras su accidente, Allen no podía tocar como solía hacerlo, así que cargó su kit con baterías electrónicas y activó muchos de los sampleos con los pies, ocasionando gran parte de este nuevo tono cargado a lo electrónico de la banda. Por su parte, Lange aprovechó todas las oportunidades para realzar los paisajes sonoros, dando brillo a las voces con múltiples capas de reverberación, utilizando efectos para los instrumentos que hacían que las líneas de bajo retumbaran como temblores sísmicos y las guitarras brillaran como un fenómeno celestial.

Tonight

Def Leppard nunca ha fallado al blanco cuando hablamos de componer una power ballad. Quizás “Too Late For Love” y “Bringin’ on the Heartbreak” son dos de sus mejores baladas, pero la última canción de Adrenalize, “Tonight”, también está a la altura. La canción comienza con un par de capas de coros de fondo y luego se desliza hasta una de las marcas registradas de la banda – un arpegio que resuena lentamente. Este tipo de simplicidad y previsibilidad es lo que hace que “Tonight” toque un nervio emocional profundo. Más una canción de amor que una historia afligida, “Tonight” es una cálida atmósfera que se envuelve con amor sobre sábanas de 1500 hilos, mientras que su letra sugiere todo lo que podría suceder debajo de esas acogedoras telas. Esta pieza tiene algunos momentos sonoros de buen gusto – un riff zumbón por aquí, un sonido de batería sibilante por allá – pero lo que realmente impulsa a “Tonight” es la creencia genuina de que aquellos que siguen a su corazón terminarán (perdón por el juego de palabras) por encima.

Más allá de los flecos (y del Hairspray)

Rocket

Una de las canciones más creativas de Hysteria, “Rocket” es mucho más una canción de funk-pop experimental palpitante que una estridente melodía de rock, y Def Leppard se beneficia ampliamente de ello. “Rocket” comienza con unas palabras habladas al revés y el sampleo del despegue de un cohete. Las radiantes líneas de bajo de Rick Savage, la percusión llena de impulso marchante y las voces entrecortadas establecen un tono divertido antes de que la banda se lance a otro coro celestial y algunas voces del tipo “whoa-oh-oh-oh”. Sin embargo, lo más intrigante es la improvisación estratosférica que sucede durante la segunda mitad de la canción. Como si Def Leppard se hubiera lanzado repentinamente hacia un agujero negro, “Rocket” gira en espiral a través de un vórtice de voces distorsionadas, ritmos extraños y raros ruidos de guitarra. Después de esta excursión galáctica, su regreso al ritmo principal (pero poco convencional) de la canción se siente como un maravilloso regreso a casa.

Let’s Get Rocked

Con un estribillo que repite, “Consigamos, consigamos, consigamos, consigamos, rocanrolear/Vamos hasta el final, consíguelo día y noche” y dobles sentidos como “Supongo que rockear está fuera de discusión”, es bastante claro que Def Leppard no busca la poesía con “Let’s Get Rocked”. Sin embargo, hay más cosas aquí que las traviesas sugerencias líricas, las sencillas melodías y los ganchos que se hunden como colmillos de vampiro. Por supuesto, la producción es excepcional – esta vez sin Mutt Lange – y el ritmo suena como la mejor música pop/dance de su época. Pero lo más impresionante es que la banda, que autoprodujo el álbum, se alimenta de su propia creatividad. En lugar de esmaltar toda la canción con una guitarra radiante, Def Leppard se contiene a veces, dejando que la batería, el bajo y la voz tomen la iniciativa, utilizando licks llamativos como adornos que hacen llamadas y respuestas a la estridente melodía. Como un niño con una caja llena de juguetes nuevos, Def Leppard salpica la canción con una selección de emocionantes toques de producción que incluyen voces repetidas y aceleradas, un silbido lascivo, un auto acelerando y un par de compases de violín sinfónico, lo que sugiere que si bien Def Leppard disfruta trabajando dentro de los parámetros de siempre, también se divierte mucho rompiendo sus propias reglas.

Truth

Encontrándose en una encrucijada tras la muerte relacionada con el alcohol del guitarrista Steve Clark (quien fue hábilmente reemplazado por la guitarrista Vivian Campbell) y la desaparición del hair metal, Def Leppard se despojó de su spandex y sus canciones abiertamente comerciales y creó un oscuro híbrido de rock alternativo y música electrónica. Dado que algunos de los efectos de producción de Mutt Lange ya bordeaban el sonido del pop industrial, no fue tan difícil para la banda cambiar de dirección, siendo esto algo que hicieron de una manera muy convincente. En “Truth” parece que el grupo aprovechó el momento de tipo “Sturm und Drang” que experimentaron cuando su mundo se puso patas arriba después de la muerte de Clark. La siniestra línea de bajo y las erupciones de los teclados recuerdan a Nine Inch Nails, mientras que la canción está adicionada con explosiones poco convencionales de guitarra muy procesada y coros distorsionados. Lo más destacado, sin embargo, es el cambio en el tono vocal de Joe Elliott, tanto sonoro como lírico: “He estado quemando y apagando las llamas/Siento el latigazo de la reacción en mi cara”. Para los fans que buscaban sangre nueva, el dolor de la banda fue la ganancia del público.

Breathe a Sigh

Hay algunos momentos poco convencionales en Slang, como el funk – inspirado en Prince – de la canción que da título al álbum o la percusión tribal y la instrumentación de Medio Oriente en “Turn to Dust”. Sin embargo, es “Breathe a Sigh” la que podría decirse que es la que más se aleja tanto del sonido característico de Def Leppard como del tono oscuro del resto del disco. Motivado por la afinidad de Phil Collen por el R&B, “Breathe a Sigh” presenta voces entrecortadas, guitarra acústica de blues y un ritmo aleatorio puntuado por chasquidos de dedos. Los coros armonizados llevan la misma pasión que los versos, mientras que el ritmo ligero es la verdadera anomalía aquí, ya que suena no muy diferente a los Backtreet Boys o a NSYNC. En un comentario para Spotify, Elliott dijo que cantar la canción fue un gran desafío y que tuvo que grabar las voces una y otra vez. “Aparte de sonar un poco como Boyz II Men en algunas partes, no está nada mal”, agregó.

Nueve vidas

Cuando la NWOBHM (Nueva Ola del Heavy Metal Británico) y el hair metal estaban en pleno apogeo, nadie habría imaginado que un dúo entre Def Leppard y la estrella del country-pop Tim McGraw sería factible, y mucho menos aceptable. La lección aquí es que si te mantienes en el juego el tiempo suficiente, todo es posible. En su décimo álbum de estudio, Songs From the Sparkle Lounge de 2008, las dos superestrellas unieron fuerzas para “Nine Lives”, una canción pop que era más de Leppard y menos de McGraw, pero poco característica de ninguno de los dos. El riff principal sonaba como un cruce entre T. Rex y los inicios de AC/DC, con un coro que presentaba un pasaje vibrante con dobleces de guitarras de blues. La idea de la colaboración provino del entonces manager de gira de McGraw, Robert Allen, hermano de Rick Allen de Def Leppard. El acuerdo se cerró en 2006 después de que McGraw se uniera a Def Leppard en el escenario para cantar los coros de “Pour Some Sugar on Me” en el Hollywood Bowl y, durante el año siguiente McGraw coescribió la canción con Elliott y Collen.

Covers y colaboraciones

The Sweet – Action

Si bien Def Leppard comenzó a foguearse con los clásicos Queen y Aerosmith, el destello y el dramatismo que exhibieron en su primer EP sugieren un amor paralelo por el glam británico. Tal vez por eso su versión de 1992 de “Action” de The Sweet suena tan exuberante y por eso también hicieron versiones de “Hellraiser” de The Sweet y “Ziggy Stardust” de David Bowie. Aquí, Def Leppard realza un poco los tonos de la guitarra y crea capas adicionales para la canción, pero los aspectos más destacados – el riff principal, el coro y los coros de falsete – son fieles y reverenciales. Def Leppard se divirtió tanto con la canción que la lanzaron dos veces, originalmente como lado B de “Make Love Like a Man” y nuevamente con una nueva batería para Retro-Active de 1993.

Badfinger – No Matter What

Se podría decir que Def Leppard hizo conexión (en cierto modo) con las luchas de Badfinger, los primeros artistas que firmaron con Apple Records. El trágico grupo compuso un éxito número uno para Harry Nilsson, “Without You”, en 1972, y luego lanzó “No Matter What”, una increíble canción pop que muchos confundieron con los Beatles. Otras grandes canciones pasaron desapercibidas y Badfinger sucumbió a juicios, disputas por derechos de autor y el suicidio de sus dos miembros principales. Para el álbum de versiones de 2006 de Def Leppard, “¡Yeah!”, la banda grabó una versión chispeante y exuberante de la canción, que era una de las favoritas de la banda. Como escribió Elliott en las notas de la portada, es “el tipo de canción que tratamos de escribir, por eso cabe imaginar, todos queríamos hacerla”.

“Love Story” con Taylor Swift

Primero, el hermano de Rick Allen, Robert, fue el manager de gira de Tim McGraw, luego comenzó a trabajar con Taylor Swift, lo que facilitó las cosas para el episodio CMT Crossroads de Def Leppard con una Swift que entonces era una adolescente. Según se dice, la cantante de country-pop dijo una vez que la única banda con la que consideraría hacer un show en colaboración de otro artista sería con Def Leppard. Mientras que clásicos de Leppard como “Photograph” y “Pour Some Sugar on Me” suenan muy bien a dúo, los temas más soleados de Swift son todavía más convincentes. Bajando el tono de su toque de guitarra y espectacularidad y sirviendo como músicos de acompañamiento para las melodías veraniegas de Swift, Def Leppard ni siquiera intenta poner su sello en “Love Story”. En cambio, Elliott complementa las armonías de Swift con un toque de determinación e impregna sus propias partes vocales con una vibra de rock clásico que refuerza la noción de que, en manos de artistas talentosos, una gran melodía, sigue siendo una gran melodía.

The Nerves – Hanging on the Telephone

Más conocido como un éxito New Wave de Blondie en 1978, “Hanging on the Telephone” fue escrito y grabado originalmente por la efímera banda de power pop de la Costa Oeste The Nerves, cuyos miembros se dividieron más tarde en The Beat y The Plimsouls. La combinación de garra punky y pulido pop de Def Leppard crea un punto medio entre las dos versiones anteriores. Está claro que Collen y Campbell se la pasaron bien intercambiando riffs en esta canción – incluso a veces por encima de las voces – con una interpretación de la melodía tan suelta que hace que a veces suene más como una improvisación que como una interpretación premeditada. Esto seguramente fue un experimento bastante refrescante para esta banda normalmente obsesionada con el estudio.

Thin Lizzy – Don’t Believe a Word

Por alguna razón, Think Lizzy no resonó tan profundamente en los Estados Unidos como lo hizo en el Reino Unido, donde todavía son considerados innovadores y campeones. También son uno de los favoritos de la infancia de Def Leppard, quienes alegremente regresaron a sus raíces para su versión de “Don’t Believe a Word”, que apareció originalmente en el álbum de Thin Lizzy de 1976, Johnny the Fox. En manos de Def Leppard, “Don’t Believe a Word” es brillante y eléctrica pero lo suficientemente cruda como para recordar a temas de On Through the Night, antes de que Mutt Lange entrara en su mundo y lo cambiara para siempre.

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