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Se necesitan dos: los álbumes colaborativos de Elvis Costello

Exploramos las colaboraciones de Costello con íconos del pop, clásico, R&B, hip-hop y el jazz, entre otros.

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Elvis Costello
Foto: Nicky J. Sims/Redferns

Si miraras en los comentarios de la boleta de calificaciones de Elvis Costello, seguramente se vería la frase “juega bien con los demás”. Como el estilista singular que es, Costello siempre ha buscado colaboradores intrigantes y ha tenido la inteligencia musical para hacer que esas asociaciones funcionen muy bien.

A lo largo de las décadas, Costello ha participado en proyectos con artistas de primer nivel de los ámbitos del pop, la música clásica, el R&B, el hip-hop, el jazz y otros géneros. Algunas de esas grabaciones se celebran como grandes hits y otras son joyas secretas.

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Cuerdas y Cosas

La primera colaboración completa que Elvis lanzó fue la banda sonora de GBH, una serie dramática de televisión de la BBC de 1991 que presentaba a Michael Palin de los Monty Python en un raro papel no cómico. Costello compuso la música en equipo con Richard Harvey, quien inicialmente llamó la atención como el primer hombre en tocar el cromormo en una banda de rock (lGryphon, los proggers neorrenacentistas de la década de 1970) y luego hizo montones de trabajos de bandas sonoras.

Ya sea que Costello aún no hubiera tenido la confianza necesaria para imponer su propio estilo (algo que es poco probable) o simplemente le apetecía hacer algo completamente fuera del ámbito del rock/pop para variar, no hay rastro de rock en la música de GBH, todo orquestado por Harvey. A Elvis le debe de haber gustado hacer esto porque, cuatro años después, la pareja se reunió para componer la música de la serie Jake’s Progress. Solo que esta vez, una pieza, “Grave Dance”, tiene un indicio de la otra vida de Costello, con su guitarra y Pete Thomas de The Attractions en la batería.

Entre sus proyectos para Harvey, Elvis elaboró ​​un álbum ambicioso con The Brodsky Quartet, un cuarteto de cuerdas británico que ya llevaba 20 años en activo, concentrándose en el repertorio clásico estándar. Con la voz cada vez más ágil de Costello y las vívidas líneas del cuarteto como única instrumentación, The Juliet Letters de 1993 es una emocionante mezcla de orquestaciones de cámara con letras basadas en la idea de las cartas escritas a Julieta Capuleto de Shakespeare.

En 2001, Costello traería a su órbita a otro artista clásico, pero con intenciones completamente diferentes. La mezzosoprano sueca Anne Sofie von Otter se dio a conocer en los años 90 por su trabajo en ópera y lieder (una canción lírica breve cuya letra es un poema al que se le ha puesto música, escrita para voz solista y acompañamiento, generalmente de piano), pero en For the Stars, producida por Costello, presta sus luminosas gaitas a canciones en formato de pop. Con acompañantes que incluyen a Elvis y su mano derecha Steve Nieve en los teclados, ella aborda una serie de canciones de Costello, en su mayoría nuevas, así como temas de The Beatles, Tom Waits, The Beach Boys y Ron Sexsmith.

Jazz y Pop de la Vieja Escuela

Como la mayoría de los rockeros británicos de su generación, Elvis Costello podría haber terminado vendiendo zapatos si no fuera por la influencia de la música estadounidense. Como su padre era cantante de jazz, siempre llevó el jazz en la sangre. Ya en Imperial Bedroom de 1982, cantaba temas de jazz de su propia autoría como “Almost Blue”, una canción a la que luego le hizo una versión Chet Baker.

Por eso, el emparejamiento de Costello con el pionero de la guitarra de jazz Bill Frisell no debería haber parecido tan descabellado cuando ambos unieron sus fuerzas para una presentación en el festival Meltdown de 1995, organizado en Londres por el propio Costello. La actuación del dúo quedó documentada en el EP Deep Dead Blue. Fue uno que combinó la guitarra noir de Frisell con las gaitas humeantes de Elvis en las versiones despojadas y llenas de jazz de “Weird Nightmare” de Charles Mingus, la melodía de la obra musical “Gigi”, algunas composiciones de Costello y un tema nuevo que ambos escribieron juntos.

La preocupación de Elvis por las elegantes y extravagantes melodías pop de Burt Bacharach y Hal David era tal que ya en 1977, cuando sus compañeros estaban metidos hasta el cuello en el punk, él interpretaba una versión rockera de su clásico “I Just Don’t Know What to Do with Myself”, cómo se puede escuchar en el álbum de conciertos Live Stiffs. Fue después, hasta 1995, que Costello tuvo la oportunidad de toda una vida cuando la fortuna alineó su camino con el del mismísimo Bacharach.

Gracias a la magia de Hollywood, Elvis tuvo la oportunidad de escribir una canción con Bacharach para la película Grace of My Heart, que seguía la carrera de un personaje parecido a Carole King e interpretado por Ileana Douglas. Se les ocurrió la desgarradora “God Give Me Strength”, que finalmente ha sido interpretada por todo el mundo, desde Bette Midler hasta Charles Lloyd.

Envalentonados por este triunfo, Costello y Bacharach decidieron hacer un álbum entero juntos. A diferencia de su primera experiencia de co-escritura, que implicó compartir ideas a través de faxes y mensajes telefónicos, esta vez se encontraron cara a cara para escribir un nuevo lote de canciones. El fruto de esta colaboración fue Painted from Memory de 1998, un lote de canciones exuberante y aterciopelado que llevan el sonido que Bacharach estableció en sus éxitos de los años 60 para Dionne Warwick a un lugar nuevo, pero a la vez atemporal. Enfrentado con el desafío de hacer frente a los impecables arreglos de Bacharach, Costello elevó su nivel vocal, aportando más precisión y pasión a sus interpretaciones y, en ocasiones, incluso dando la impresión de ser un cantante de la vieja escuela.

En canciones como la delicada “Toledo”, la triste “This House Is Empty Now” y la suntuosa “The Sweetest Punch” (que casi hace que el desamor suene placentero), Costello y Bacharach crearon el tipo de pop elegante para adultos que no se había escuchado desde los inicios de la carrera de Burt y Hal. El álbum tuvo el mayor impacto que cualquiera de los lanzamientos colaborativos de Costello. “I Still Have That Other Girl” incluso ganó un Grammy a la Mejor Colaboración Pop Vocal.

Para subrayar aún más el poder de Painted from Memory, en 1999, Bill Frisell volvió a entrar en el “Costelloverse” para sacar The Sweetest Punch, adaptando cada una de las melodías de Costello/Bacharach en clave de jazz instrumental, junto con estrellas como el trompetista Don Byron y el baterista Blade. Cassandra Wilson participó como vocalista invitada en un par de ocasiones, al igual que el propio Elvis.

Llegando a las Raíces

En 2005, tras el desastre del huracán Katrina en Nueva Orleans, Elvis Costello colaboró ​​con el gigante del R&B de Crescent City, Allen Toussaint, en The River in Reverse. Ellos ya habían trabajado juntos brevemente un par de veces antes. Pero después de reunirse en Nueva York, cuando Toussaint huyó de la devastación de Katrina, comenzaron a preparar un proyecto que representaría un rayo de positividad para la gravemente herida ciudad natal de Toussaint.

Costello cantó algunos temas contundentes del pasado escritos por Toussaint, y los dos escribieron una serie de nuevas canciones para complementarlos. Como dijo Costello a Nicholas Jennings de Inside Entertainment: “Quería presentar la voz compositiva de Allen primero en el disco, para las personas que no conocían sus composiciones”, y agregó: “Es irónico que las canciones de Allen como ‘Who’s Gonna Help Brother Get Further?’ y ‘Freedom for the Stallion’ hayan encontrado su momento tanto ahora como cuando fueron escritas”.

En 2013, Costello buscó algunas conexiones con otro tipo de raíces. Elvis trabajó por primera vez con los pesos pesados ​​del hip-hop/funk The Roots cuando lo acompañaron como la banda de la casa del programa de televisión Late Night with Jimmy Fallon en 2009. Después de tocar juntos en el programa varias veces y encontrar que sus mentalidades musicales encajaban bien, decidieron grabar un álbum juntos. Wise Up Ghost hace lo que debería hacer cualquier colaboración exitosa, llevar a ambos artistas a un lugar donde no habrían llegado solos.

En el EP de 2022 The Resurrection of Rust, Elvis profundizó más que nunca en sus raíces. A principios de los años 70, él y Alan Mayes formaban un dúo de pub-rock de pelo largo llamado Rusty. En un proyecto no muy diferente al de Tom Petty en 2007 con el resurgimiento de su banda anterior a los Heartbreakers, Mudcrutch, Costello se reunió con Mayes para grabar el disco de Rusty que nunca había llegado a existir. El EP, una mezcla orgánica de sabores folk, country y rock, presenta versiones de canciones de Nick Lowe, el héroe de culto del country forajido Jim Ford y Neil Young, además de un par de canciones originales que se remontan a los primeros días del dúo.

Para la mayoría de los artistas, los proyectos mencionados aquí podrían haber constituido un catálogo completo. Pero para el hiper prolífico Costello, fueron solo unas breves vacaciones en medio de un ritmo de lanzamientos que haría que el conejito de Energizer pareciera un holgazán. Sin embargo, estas titánicas colaboraciones ampliaron los ya de por sí eclécticos horizontes de Costello e incluso añadieron un par de pináculos a su carrera en el proceso.

Ordena The Songs of Bacharach & Costello, que reúne todo el catálogo de canciones escritas conjuntamente por Burt Bacharach y Elvis Costello, así como clásicos de Bacharach & David interpretados por Costello.

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