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‘Dancing Queen’: Cuando la pista se llena con la mejor canción de ABBA

‘Dancing Queen’ sigue siendo la canción definitoria de la carrera ABBA, una pieza imposible de mejorar.

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ABBA Dancing Queen
Portada: Cortesía de Polar

Esta es la canción por la que todos los DJ de bodas y fiestas de cumpleaños estarán eternamente agradecidos. Desde que suena el compás de apertura de ese movimiento efervescente de las teclas del piano, hasta esas primeras armonías altísimas de Agnetha Faltskög y Anni-Frid, cualquier pista de baile cobrará vida cuando se toca “Dancing Queen”, una conjunto de gloriosas capas  de música pop.

Ingresada en el Salón de la Fama de los Grammy casi 40 años después de haber sido escrita, inicialmente “Dancing Queen” pasó casi 12 meses archivada. Al principio ABBA la pasó por alto cuando trabajaban en conseguir un sencillo para acompañar su canción “Fernando”. Esto se debió a que en aquel momento estaban buscando una balada que les ayudara a continuar el éxito que habían tenido con “Mamma Mia”. A pesar de tener la canción en el estante por un tiempo, sus  compositores Björn y Benny estaban convencidos de que era lo mejor que habían escrito hasta la fecha. Las cantantes Agnetha y Frida también estaban seguras de que esta canción reflejaba lo mejor del potencial de la banda. “Supimos de inmediato que iba a ser masiva”, dijo Björn.

“Dancing Queen” hizo tres apariciones en televisión antes de hacer su debut como sencillo el 16 de agosto de 1976. La interpretaron tuvo lugar en una gala televisada que celebraba la boda del rey Carlos XVI Gustaf de Suecia y de Silvia Sommerlath. Esa actuación, en la que la banda se vistió con atuendos del siglo XVIII, lanzó el sencillo internacional más exitoso de ABBA. Fue su único disco en alcanzar el primer puesto en los Estados Unidos, mientras que en su tierra natal “Dancing Queen” ocupó el puesto número uno durante 14 semanas.

‘Tuvimos escalofríos… se nos puso el pelo de punta’

Si bien ABBA estaba segura de que la canción sería un éxito (¿Quién podría culparlos? Si en aquel momento sus lanzamientos estaban rompiendo récords), quizás nadie hubiera podido predecir el legado continuo que después tendría como clásico del pop y una de las mejores grabaciones de música disco de todos los tiempos. Presentada inicialmente como una canción llamada “Boogaloo” e inspirada en el suave baile de “Rock Your Baby” de George McRae, “Dancing Queen” es una canción con un andar más lento que de costumbre, a 100 bpm (pulsaciones por minuto) en lugar de los 120 típicos de la mayoría de los cortes de música disco. Para nuestra suerte, se pueden ver segmentos de la sesión de grabación de la canción, tomados en septiembre de 1975 como parte de un documental realizado sobre el manager de la banda, Stig Anderson. No es casualidad que la única vez que ABBA fue filmada en el estudio de grabación haya sido en un momento en el que era claro que había algo especial en el aire.

Quizás las armonías nítidas – cómo un láser que atraviesa el oleaje eufórico de la pista – fue lo que le aseguraron a “Dancing Queen” su éxito perdurable. “Cuando grabamos las voces, recuerdo que ambas teníamos escalofríos”, dijo Agnetha. “Se nos erizó el vello de los brazos”.

O tal vez sea la historia de la canción, inequívoca y universal en su atractivo: la liberación en la pista de baile cuando pierdes tus inhibiciones por unos momentos fugaces y finalmente eres el centro de atención. Casi todos habremos estado allí al menos una vez en la vida. El hombre supremo del pop, Pete Waterman, cree que la línea de apertura – “viernes por la noche y las luces están bajas”–  también es bastante difícil de superar.

Su legado sigue vivo

A pesar de que cuenta con una interpretación vocal imposible de mejorar, es una pista que ha sido revisada muchas veces a lo largo de los años por artistas lo suficientemente temerarios como para intentarlo. Meryl Streep hizo una versión para la primera película de ¡Mamma Mia!, que se quedó corta de ganar el Óscar. Más tarde, en 2018 el elenco de Glee hizo su propio intento para la segunda temporada de la serie televisiva, siendo una versión que se recuerda por quitarle los bordes más afilados al sonido de la canción.

A*Teens – los pequeños minipops de ABBA – que disfrutaron de un puñado de éxitos en los albores del nuevo milenio, tampoco alteraron mucho la fórmula. Sin embargo, la conmovedora reinvención de Daecolm de 2017 le ayudó a ser firmado por una disquera luego de alcanzar millones de vistas en YouTube. Esta es una versión que seguramente tomó alguna nota de la exuberante reelaboración que anteriormente había realizado la banda estadounidense Sixpence None The Richer. Una canción que nunca tuvo un lanzamiento como sencillo, pero que bien debería haberlo hecho.

Los reyes del MOR (Middle Of the Road), James Last y André Rieu, aprovecharon “Dancing Queen” para muchos de sus espectáculos a lo largo de los años y el grupo pop Steps eligió grabarlo para una nueva recopilación que fue el detonador del primero de sus regresos. Sin embargo, quizás una de sus mejores interpretaciones provino de Kylie, quien usó la plataforma de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 para hacerla casi propia. Tan difícil es abordar esta canción, que la propia Madonna se mantuvo alejada de ella cuando invadió el catálogo de ABBA para su álbum Confessions On A Dancefloor. Con cerca de 50 grabaciones conocidas de “Dancing Queen”, es sin duda una de las canciones de ABBA más versionadas.

Su legado sigue vivo también en lugares menos obvios. Los acordes de piano de la canción inspiraron “Oliver’s Army” de Elvis Costello, mientras que MGMT admitió que habían seguido el tempo para su éxito “Time To Pretend”.

Es casi seguro que sea la única canción de música disco que a todo el mundo le guste – tanto en aquel momento como ahora. Una canción que ayudó a establecer el género en la radio estadounidense en un momento en que las listas de reproducción eran notoriamente conservadoras.

Siendo una pieza de perfección pop, “Dancing Queen” es imposible de superar, o de realmente estropearla. La interpretación de S Club 7 de 1999 bien pudo haber sido una buena oportunidad para presentar la canción a una nueva audiencia, pero lo cierto es que nadie recuerda realmente su versión ahora. Esa, quizás, es su genialidad: una canción tan universal que cualquiera siente que puede dejar su huella en ella, pero que solo te hace volver a la magia creada en el Metronome Studio de Estocolmo hace tantos años.

Al igual que la chica de la canción, su momento en el foco de atención parece durar para siempre.

Escucha lo mejor de ABBA en Apple Music y Spotify.

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