‘Sweet Child O’ Mine’: la historia detrás del mayor éxito de Guns N’ Roses
De un riff que casi fue dejado de lado a la cima de las listas.
Después del lanzamiento de “Sweet Child O’ Mine”, nada volvió a ser igual para Guns N’ Roses. Su álbum debut, Appetite For Destruction, salió a la venta en julio de 1987 e inicialmente luchó por tener un impacto. El álbum debutó en el puesto 182 de la lista Billboard 200 y sus dos primeros sencillos, “It’s So Easy” y “Welcome To The Jungle” no lo hicieron mucho mejor. Sin embargo, la presión de geffen, el sello discográfico de la banda, alentó a MTV a darle algunas reproducciones nocturnas al video “Welcome To The Jungle”, y la canción eventualmente se convirtió en el video más solicitado en la cadena. En abril de 1988, Appetite For Destruction se había convertido en disco de platino en los Estados Unidos.
El escenario estaba preparado para un sencillo que rompiera, y “Sweet Child O’ Mine” no podría haber sido más perfecto. Desde el luminoso riff de apertura del guitarrista Slash hasta su coro de rascacielos, “Sweet Child O’ Mine” fue un himno de rock generoso, con profundidad y un aire de melancolía, demostrando el corazón palpitante bajo el exterior de rock sórdido de GNR. Fue lanzado como sencillo en junio y encabezó la lista de Billboard en Estados Unidos. De pronto, Guns N’ Roses se había convertido en la banda de rock más grande de su generación.
El riff
Es increíble pensar que, si Slash se hubiera salido con la suya, la canción podría haber sido descartada. Ese riff de apertura fue el resultado de Slash improvisando, tocando lo que luego llamó una “melodía de circo” y un “ejercicio de guitarra” mientras él y el resto de la banda (sin Axl) improvisaban en la casa comunal del grupo en Griffith Park, Los Ángeles. “Inicialmente, solo se me ocurrió un riff genial y ordenado”, dijo Slash a Total Guitar en 2012. “Era un patrón interesante y realmente melódico, pero no creo que se lo habría presentado a la banda y haber dicho: ‘¡Hey, tengo esta idea!’ Porque se me ocurrió mientras estábamos todos juntos”.
Los otros miembros de Guns N’ Roses vieron el potencial del riff de Slash y actuaron en consecuencia, como le dijo a Guitar Edge en 2007: “Yo estaba tocando el riff de introducción y ellos tocaban los acordes detrás. Y lo siguiente que sabes es que se estaba convirtiendo en algo. Realmente lo pensé como una broma, pero he aquí que Axl estaba arriba en su habitación y lo escuchó”.
La letra
Axl Rose había estado trabajando recientemente en un poema dedicado a su entonces pareja, Erin Everly (hija de Don, del famoso dúo Everly Brothers). Fue una desviación de la jactancia fanfarrona que normalmente define la escritura de Rose. Aquí comparó la sensación de estar con su pareja con la de una época más inocente, especialmente significativa dada la infancia traumática de Rose. Le dio a Los Angeles Times una visión poco común de la letra en una entrevista de 1991: “La línea ‘cielo azul’ en realidad fue uno de mis primeros recuerdos de la infancia: mirar el cielo azul y desear poder desaparecer en él porque era muy hermoso”.
Cuando Rose escuchó a sus compañeros de banda trabajar en “Sweet Child O’ Mine”, su poema le vino a la mente. “Slash e Izzy se pusieron a trabajar juntos en la canción y yo entré, Izzy marcó un ritmo y, de repente, este poema apareció en mi cabeza”, dijo en los materiales de prensa de Geffen que circularon en 1987. “Todo se unió. Muchas bandas de rock son demasiado débiles para tener algún sentimiento o emoción en cualquiera de sus cosas a menos que estén sufriendo. Es la primera canción de amor positiva que he escrito, pero supongo que nunca tuve a nadie sobre quien escribir algo tan positivo”.
Axl sabía que la canción necesitaba un enfoque diferente al material más duro de la banda y buscó inspiración en el rock clásico, como le dijo a Paul Elliott en marzo de 1987: “En Indiana, Lynyrd Skynyrd era considerado Dios, hasta el punto en que terminé diciendo , ‘¡Odio a esta maldita banda!’ Y, sin embargo, para ‘Sweet Child…’ salí y conseguí algunas cintas viejas de Skynyrd para asegurarme de que tuviéramos ese sentimiento hogareño y sincero”.
La grabación
Rose no fue el único miembro de Guns N’ Roses consciente de que “Sweet Child O’ Mine” se beneficiaría de un enfoque diferente. “Creo que la mejor manera de hacerse notar es pasar desapercibido”, dijo Duff McKagan a Musician en 1988. “En ‘Sweet Child…’, por ejemplo, pensé en las viejas líneas de bajo de Faces /Rod Stewart: realmente geniales, sin exagerar, pero únicas…”
Si bien Slash tenía dudas sobre la pista, el resto de la banda no la dejó caer, como le dijo a Guitar Edge: “Al día siguiente, estábamos ensayando en los Burbank Studios y Axl quería que tocáramos lo que habíamos estado tocando la noche anterior. Muy pronto, se convirtió en una canción y, de pronto, adquirió un tono serio. Fue muy difícil para mí aceptarlo, pero esa canción se convirtió en la favorita de Axl… Yo hubiera escrito esa canción como historia si alguien más se hubiera quejado de ella. No tenía idea de que se convertiría en la canción más grande que jamás haya hecho la banda”.
Las sesiones de demo con el productor Spencer Proffer vieron cómo la canción evolucionaba aún más, ya que Proffer sugirió que la canción necesitaba una ruptura hacia el final. Al escuchar un bucle del demo, Rose no estaba seguro de una dirección y repetidamente cantó para sí mismo: “¿A dónde vamos ahora?” Proffer se dio cuenta de que Rose había dado con la letra perfecta y nació un momento de rock épico. En cuanto a los toques finales, el monumental solo de Slash resultó ser la cereza del pastel.
El legado
En el del sencillo, el impacto de “Sweet Child Of Mine” fue inmenso. Cuando la canción alcanzó el número 1 en los Estados Unidos, GNR estaba de gira como teloneros de Aerosmith. En poco tiempo, eran un atractivo mucho mayor que el veterano acto de rock. Siguió un relanzamiento de “Welcome To The Jungle”, esta vez alcanzó el número 7 en los Estados Unidos, y el estridente himno de fiesta “Paradise City” fue el siguiente, alcanzando el número 5. Un año después de que “Sweet Child” llegara al primer lugar, Appetite For Destruction había vendido 8 millones de copias solo en los Estados Unidos.
“¿Adónde vamos ahora?” preguntó Axl Rose en “Sweet Child O’ Mine”. Nunca podría haber adivinado los lugares a los que la canción lo llevaría.
