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‘September Morn’: la muy querida balada de Neil Diamond

El primero de una serie de grandes éxitos estadounidenses que duraría décadas llegó para Diamond en septiembre de 1966.

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Neil Diamond September Morn
Portada: Cortesía de Universal Music Group

Si eras Neil Diamond en 1979, cada día era una “mañana de septiembre” – un día lleno de amor eterno y grandes gestos románticos. “September Morn” marcó una era en la que Diamond era el rey del romanticismo pop. Sí bien él todavía se la pasaba grabando temas alegres, que ocasionalmente lanzaba como sencillos, lo cierto es que las baladas dramáticas se habían convertido en su verdadera tarjeta de presentación. Esta canción no fue un gran éxito en el momento de su lanzamiento, pues solo alcanzó el puesto 17 (cuando él regularmente llegaba al Top Ten) pero desde entonces se ha convertido en una de sus pistas más memorables. Algunas cosas están claramente diseñadas para durar.

Escucha “September Morn” de Neil Diamond, ahora.

Neil Diamond en la década de 1970

“September Morn” también puso el broche de oro a la década más inquieta y posiblemente más interesante de Diamond. De hecho, su década de los 70 comenzó con el lanzamiento de Tap Root Manuscript, un álbum que dio el paso inaudito de fusionar su propio estilo de pop con la música tradicional africana unos 15 años antes de que Paul Simon tuviera una idea similar. En aquella época, aunque Diamond formaba parte del “movimiento de cantautores”, llevaba un poco de rebelde del rock ‘n roll en él (si no me crees, echa un vistazo a la llamativa portada del álbum en vivo de 1972, Hot August Night, o reproduce su electrizante versión de “Cherry, Cherry”).

La siguiente ronda de cambios para Neil comenzó cuando se mudó de sello discográfico, de MCA a Columbia. Con ello, se empezó a dirigir a una audiencia más adulta que lo llevaría a gradualmente eliminar los elementos de rock de su sonido y, ocasionalmente, dar interesantes saltos creativos, como lo hizo con su primer álbum para la discográfica, una banda sonora sinfónica basada en el ícono de la filosofía pop Juan Salvador Gaviota. El primer éxito para Columbia, “Longfellow Serenade”, sirvió de puente entre su reflexivo estilo acústico y las exuberantes baladas que vendrían después. Sin embargo, Diamond tuvo un desvío importante antes de comprometerse con la balada. En 1976, Diamond sorprendió a todos al conectarse con uno de sus fans más improbables, Robbie Robertson de The Band, quien le produjo el álbum conceptual autobiográfico Beautiful Noise. Diamond apareció con The Band en The Last Waltz, donde no comprometió su estilo en lo más mínimo. Esto le valió muchas burlas por parte de los hipsters, pero Diamond rió al final gracias al exitoso sencillo producido por Robertson “Don’t Think…Feel”, una de sus melodías más alegres y deliciosas.

A pesar de esta interesante colaboración, fue otro el productor que le ayudó a Diamond a encontrar su rumbo a mediados de los años 70. Se trató de Bob Gaudio, que sabía una que otra cosa sobre cómo hacer discos de éxito: había escrito y producido docenas de ellos para su antiguo grupo, los Four Seasons. Gaudio participó en I’m Glad You’re Here With Me Tonight de 1977, donde el baladista que Neil llevaba dentro apareció en serio. El primer sencillo, “Desiree”, era un regreso a su antiguo estilo optimista. Sin embargo, fue otra canción del álbum la que resultaría más importante: “You Don’t Bring Me Flowers” era una balada tan emotiva que Barbra Streisand inmediatamente la versionó, lo que también llevó a que numerosas estaciones de radio crearan sus propias combinaciones uniendo las dos versiones. El éxito fue tal que los dos grabaron una versión a dúo que se convirtió en el primer número uno Diamond desde “Song Sung Blue” en 1972.

September Morn

“September Morn” fue la tercera de una racha de baladas exitosas, después de “Flowers” ​​y “Forever in Blue Jeans”. La mayoría de estos discos fueron grabados por el mismo equipo, con Gaudio como productor y la banda de gira de Diamond como respaldo. “September Morn” también presentó a otro importante colaborador, el cantante y actor francés Gilbert Becaud. Al igual que Diamond, Becaud era conocido por ofrecer actuaciones enérgicas. Becaud era conocido por sus fans como “Monsieur 100.000 Volts”. También era 13 años mayor que Diamond y provenía de una era diferente del pop; había escrito para Marlene Dietrich y compuesto el clásico pop de 1961, “What Now My Love”. Su colaboración con Diamond fue breve pero productiva, comenzó con “September Morn”y produjo cinco canciones para la versión de Diamond de The Jazz Singer.

Para “September Morn”, Diamond le puso una nueva letra a la melodía de Becaud, partiendo del ambiente otoñal de su música. El contraste entre las dos canciones es revelador: la melodía de Becaud, “C’est en septembre”, no trata sobre una relación sino de una reflexión general sobre los cambios que trae consigo el mes. La letra traducida dice en parte: “Los olivos bajan los brazos, las uvas se ponen rojas y la arena se enfría bajo el blanco sol. Los bañistas serios y los trabajadores temporales vuelven a sus verdaderos trabajos y las figuritas del pesebre se esculpirán antes de Navidad”. Es poético, sin duda, pero no es el material del que están hechos los éxitos de las listas estadounidenses.

Compárese eso con la letra de Diamond, que aborda la permanencia del amor en términos inquietantes, universales y un poco trágicos. El antiguo amor del cantante aparece ante él – nunca queda claro si en persona o en un sueño – y provoca un recuerdo sobre lo que tuvieron juntos y lo que queda de ello: “Dos amantes interpretando escenas de una obra romántica, la mañana de septiembre aún puede hacerme sentir así”. También hay una referencia sutil a un éxito anterior de Diamond cuando le dice: “Mira lo que has hecho; te has convertido en una niña adulta”. Por supuesto, una vez le dijo a otra chica que pronto sería una mujer.

Todos los que compraron el sencillo “September Morn” se llevaron una sorpresa: la otra cara era una reelaboración del clásico de Monkees escrito por Diamond “I’m a Believer”, complementado con “steel drums” (tambores de acero afrocaribeños), un ligero ritmo de samba y algunas letras nuevas. Esa no fue la única canción que se salía de la norma en el álbum Septiembre Morn. También incluía versiones de “Dancing in the Street” de Martha & the Vandellas y “Stagger Lee” de Lloyd Price, dos de los pocos temas de música disco en toda regla que grabó Diamond a través de su carrera. Su versión de “The Sun Ain’t Gonna Shine Anymore” (la canción de Gaudio originalmente compuesta por Frankie Valli como solista) fue quizás la más fiel a su original, salvo por el destacado uso del lick de guitarra de “Baba O’Riley” de The Who.

El legado de la canción

“September Morn” se asentó en los corazones de los fans de Neil Diamond, y también en el suyo. Cuando se le pidió que actuara con poca antelación en 1985 en la Casa Blanca para una cena en honor al príncipe Carlos y la princesa Diana, “September Morn” fue una de las dos canciones que escogió. Diamond también incluyó la canción cuando regresó de su retiro para actuar en un espectáculo benéfico en su honor en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas en marzo de 2020. Fue una de las siete canciones que interpretó esa noche.

Diamond, por supuesto, tuvo muchos más éxitos, y mantuvo una fuerte racha de baladas hasta “Heartlight”, de 1982, que se inspiró en ET. Por su parte, Gilbert Becaud siguió siendo un artista muy querido en Francia hasta su muerte en 2001, mientras que Bob Gaudio hizo historia al llevar a los Four Seasons a Broadway con Jersey Boys. Tras el éxito masivo de ese proyecto, regresó en 2021 con la única continuación posible: el musical de Neil Diamond, A Beautiful Noise.

Escucha “September Morn” de Neil Diamond, ahora.

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